Las persianas automáticas, motorizadas o automatizadas son una opción muy recomendable, porque junto las ventajas que siempre se les han atribuido —la facilidad para subirlas o bajarlas, la comodidad de poder accionarlas desde la cama o el sofá, y la seguridad que aportan al no poder acceder a ellas desde el exterior— cobra valor ahora su contribución al ahorro energético.

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El control automático de las persianas integrado en un sistema domótico permite que se ajuste a diferentes métodos o fórmulas, según las necesidades de los ocupantes de la vivienda. Sin embargo, prácticamente todos los hogares que cuentan con persianas automatizadas a través de un sistema domótico, incluyen la opción denominada "luz natural" o "eficiencia energética", que incrementa el ahorro energético en la vivienda al accionarse las persianas teniendo en cuenta este parámetro. Así, estas se suben de forma automática durante el invierno para aprovechar la luz natural, e igualmente se bajan en verano para impedir que el calor entre en la casa; es decir, que su funcionamiento pueda programarse para favorecer la eficiencia energética.

La amplia gama de funciones que contemplan los dispositivos domóticos para las persianas motorizadas en la actualidad, va desde la regulación e inclinación de las láminas, hasta su conexión a paneles solares, pasando por sus habituales métodos de control, entre los que destacan los siguientes: 'condicionantes meteorológicos', opción con la que se accionan las persianas para evitar perjuicios por la lluvia, el granizo, el viento…; 'programación horaria', con la que se controla el funcionamiento de las persianas automáticas a horas concretas (impidiendo, por ejemplo, que los niños puedan subirlas por la noche); 'simulación de presencia', especificación que contribuye a alejar de la vivienda a posibles intrusos, ya que el funcionamiento de las persianas les llevará a pensar que hay gente en el interior aunque la casa esté vacía.